sábado, 5 de noviembre de 2016

CUENTO: EL ARCO IRIS

Leer cuentos para dormir a los pequeños es un buen hábito que les ayuda a desarrollar su lenguaje e imaginación, estimula su memoria, sus ganas de expresarse y, sobre todo, les ayuda a relajarse y conciliar el sueño. Por ello os dejamos, como recurso, este breve y bonito cuento que fomenta el valor de la amistad:
Amaya estaba muy triste porque había perdido a su osita de peluche favorita, Luna. Era una osita blanca como la Luna a la que Amaya había buscado por todas partes sin encontrarla y, aunque había pasado sólo un día, la había echado en falta. Ni siquiera había dormido igual de bien que cuando tenía a Luna a su lado, así que cuando se levantó de la cama se asomó a la ventana mientras unas lagrimitas de nostalgia resbalaban por sus mejillas.

-"¿Qué te pasa amiga Amaya?", -le preguntó Marina, la coqueta gaviota que todas las mañanas se acercaba a darle los buenos días.

-"He perdido a mi osita Luna y la echo mucho de menos" -respondió Amaya.

-"No te preocupes, yo te ayudaré a buscarla", -le dijo Marina.

Y Marina salió volando hacia la playa y le preguntó al Mar:
-"Amigo Mar, ¿has visto a Luna, la osita de Amaya?".

El Mar susurró dulcemente: -"No, yo no he visto a Luna, pero muchas gotas de agua se elevan formando nubes y desde allí arriba se ve mucho más, así que les preguntaré a ellas".

Y a las gotitas de agua les preguntaron: -"Hermanas nubes, ¿habéis visto a la osita Luna de Amaya, que se ha perdido?".

Las nubes se miraron entre sí y negando con la cabeza respondieron:
-"Nosotras no la hemos visto, pero le preguntaremos al viento que nos lleva de un lado a otro, porque él se mete en todas partes y seguro que le ha visto".

Y cuando comenzó a soplar el viento las nubes le preguntaron:
-"Amigo viento, ¿has visto a la osita Luna de Amaya, que se ha perdido?".

El viento se revolvió en un remolino y con su voz grave y fuerte respondió:
-"No la he visto, pero preguntaré a mi amigo el Arco Iris, que lo sabe todo".

Y el viento voló hasta el Arco Iris que brillaba presumido luciendo todos sus colores y le preguntó:
-"Tú que tienes la magia del cielo, amigo Arco Iris, seguro que sabes donde está Luna, la osita de Amaya que se ha perdido".

Y el Arco Iris sonrió afirmativamente y con un grácil movimiento giró su cola de colores hasta la ventana de Amaya, inundando la habitación con mil destellos de colores. Un rayito amarillo entró por la puerta abierta del armario revolviendo entre los jerseys de invierno de Amaya, y la niña los sacó todos rápidamente y, allí, en un rincón del fondo, apareció su osita Luna, que sonrió de alegría cuando Amaya le abrazó con tal fuerza que le dejó sin respiración. Pero Luna no protestó porque era muy muy feliz.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado...FIN



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